por Ariadna Tenorio Silva*
Asistir a la 38ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 2012 es una experiencia increíble, tener tantas ofertas y la accesibilidad a los pensamientos en papel de miles de escritores en el mundo, todos en un solo lugar, algo privilegiado que los argentinos pueden tener cada año.
En ese lugar es difícil imaginar lo que el poeta cubano Roberto Fernández Retamar cuenta sobre la época de la Revolución cubana, donde sus escritos -decía- solo eran conocidos en Argentina de forma medida y clandestina. Testimonios como éste son los que probablemente hacen que en esta Feria Internacional del Libro se respire libertad de expresión, de elección y de conocimientos. El poder de ser libre en un espacio limitado por cuatro muros solo lo tiene un libro.
Es en este escenario donde Roberto Fernández Retamar hizo el lanzamiento de su última antología de poemas, Una salva de porvenir. Antecedido por amigos y colegas, importantes escritores con una retórica que superaba la humildad y sencillez del poeta, ensalzando su obra la clasifican como “una poesía responsable”, entre otras etiquetas que iban generando expectativas, algunas que se alejaban de lo que fue este maravilloso encuentro.
Al cabo de acertados elogios, para los amantes de toda su obra y para los que por primera vez conocían la existencia del poeta cubano, fue un momento de distensión el instante en que Roberto Fernández Retamar pronuncia sus primeras palabras de agradecimiento. En un tono diferente, grave pero amable enseñó toda la humanidad que hay detrás de un importante exponente de la poesía hispano-americana. Con un humor fino y un estilo coloquial, reveló la inspiración de sus poemas, hizo soñar a su público con conversaciones fantásticas y conmovedoras entre los más grandes, sus amigos; casi como si el Che Guevara o Julio Cortázar estuvieran sentados entre los asistentes esa noche.
Retamar dejó saber a sus seguidores que sus obras no son más que su vida, sus experiencias en un contexto que lo hizo valiente y vocero y que además de una poesía escrita cuidadosamente, son historias personales contadas con mucha pasión.
La amena charla que el poeta ofreció a sus espectadores a manera de lanzamiento de su último libro , termina con la anécdota de cómo surge el título de uno de sus poemas en una conversación con el Che Guevara y esto lo lleva a cuestionar si toda su poesía surge de una conversación con el resto del mundo, ratificando una vez más su vida y su obra como un todo.
Un gran encuentro con un excelente ser humano y poeta. Roberto Fernández Retamar invita, sin pretenderlo, a profundizar en su obra, conocer «la historia» o, mejor aún, «su historia».
*Ariadna Tenorio Silva (Cali, Colombia, 1984) es Diseñadora de la Comunicación Gráfica de la Universidad Autónoma de Occidente. En la actualidad estudia segundo año de Redacción de la Asociación Argentina de Publicidad.
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