La veo venir hacia mí y no lo puedo creer. Está prácticamente igual a como me la acuerdo. Es Sofía Morales, mi mejor amiga de la primaria. La miro fijo cuando, por fin, nuestras miradas se encuentran y su rostro cambia (me está buscando). Me inspecciona con sus ojos marrones, casi negros, y percibo cómo se le agrandan lentamente, mientras se le dibuja una cálida sonrisa (me encontró).
-¿Pecas?–pregunta con una voz distinta a la que recordaba.
-La misma y en persona.
Empezamos a hablar de cosas inmediatas: de dónde veníamos, adónde estábamos yendo, el clima y de lo poco que habíamos cambiado. Mientras hablamos recuerdo lo bien que la pasábamos juntas, cómo nos cuidábamos mutuamente y lo triste que fue despedirme de ella el día que, con mi familia, nos mudamos a Santa Fe. Divago y me pregunto si ella estará tan nostálgica como yo en este momento. ¿Es posible volver a ser amiga de una persona a la cual no ves desde hace diecisiete años? ¿Habrá cambiado mucho? ¿Querrá? Yo encima estoy sin maquillar y ella que parece tan elegante. ¿Qué estoy pensando? ¡Es Sofi! Y es mi amiga. ¡Mirá si se va a fijar en esas cosas!
-¿Te acordás que estabas súper enamorada de Matías Lescano?- y con su pregunta me trajo de vuelta a la charla.
-Sí, mirá… ni me hablés.
-Pero ¿por qué?
-Me lo crucé hará un año atrás y me saqué las ganas. Estuvimos un tiempo y lo dejé. Hasta el día de hoy me sigue llamando y no sé cómo sacármelo de encima. En fin, ¿y vos? ¿Qué es de tu vida? ¿Te casaste?
-Sí, con Matías Lescano.
* Damián Fernández (Buenos Aires 1981), estudia Redacción Publicitaria en la AAP (Asociación Argentina de Publicidad).
Etiquetas: AAP, Damián Fernández, Humor, Pecas, por Damián Fernández
Deja una respuesta